Respeto, autonomía y juego libre: un día en el aula de 2 años

24/01/2025

Desde el aula de dos años de EKINTZA Ikastola, queremos abrir una ventana a vuestro día a día, para que podáis ver cómo acompañamos a vuestras hijas e hijos en sus primeros pasos en la ikastola. Nuestra labor se centra en la atención personalizada, el respeto a los ritmos de cada niño y niña y el uso de los espacios como herramientas educativas. ¡Acompáñanos!

Respeto, autonomía y juego libre: un día en el aula de 2 años

La entrada flexible, de 07:30 a 09:30, nos permite recibir a las familias con tranquilidad. Para nosotras es esencial que los aitas y amas puedan marcharse confiados, sabiendo que sus txikis se sienten cuidados y felices desde el primer momento. Os recibimos siempre listas para charlar un momento sobre cómo ha pasado la noche vuestra hija o hijo, qué hicieron el día anterior o cualquier detalle que queráis compartir. ¡Es un ratito importante para crear ese puente entre casa y aula!

Al entrar, las y los txikis hacen pequeños rituales que les ayudan a conectar con su entorno: cambian sus zapatos por zapatillas cómodas, cuelgan sus mochilas y se preparan para conocer las nuevas aventuras del día.

En nuestra aula, los microespacios son esenciales. Cada rincón está pensado para fomentar la autonomía, la creatividad y el aprendizaje de manera natural. Contamos con espacios para explorar, crear, jugar y experimentar, y cada niña y niño elige libremente dónde desea estar en cada momento. Esto les permite desarrollar sus competencias mientras disfrutan y descubren el mundo a su propio ritmo.

A las 09:30, el espacio exterior se convierte en una extensión más del aula. Es un espacio abierto donde pueden correr, trepar y disfrutar del aire libre, siempre en compañía de adultos que están presentes para guiarles en su proceso de aprendizaje. Juegan de forma autónoma hasta aproximadamente las 10:45, momento en el que comenzamos a recoger el aula cantando la canción "Jasotzera". Sí, son muy pequeños para recoger sin ayuda, pero cuando las y los educadores también empiezan a recoger, nos imitan y entre todas y todos conseguimos finalmente recoger el aula.

A media mañana, nos reunimos en asamblea. Este es uno de los momentos más significativos del día: cada niño y niña tiene un casillero con su foto, y al nombrarles, giran su imagen diciendo "¡aquí estoy!". Incluso compañeras y compañeros que no han podido venir están representados, porque en el aula todas y todos los niños cuentan. Descubrimos después qué tiempo hace, qué habrá para comer y cantamos o escuchamos cuentos. Estas actividades no solo refuerzan el sentido de pertenencia al grupo, sino que también estimulan el lenguaje, la confianza y el disfrute compartido.

Tras la asamblea, llega el momento del hamaiketako y, más tarde, del juego en el patio, o pequeños paseos al bosque cercano a la ikastola. Tenemos la suerte de contar con espacios naturales que nos ofrecen un escenario único para explorar, aprender y conectar con el entorno. ¡Y los aprovechamos!

Por supuesto, a lo largo del día, hay varios momentos de cuidado que son oportunidades para fortalecer el vínculo con cada niño y niña. Siguiendo la filosofía de Pikler, actividades como el cambio de pañal o el tiempo en el baño se convierten en instantes íntimos y respetuosos entre nuestro equipo de educadoras y educadores y niñas y niños. Aquí, los y las más pequeñas son protagonistas: les animamos a participar, a explorar su autonomía y a sentir seguridad y confianza.

 

Acompañando la autonomía personal

La hora de la comida es un pequeño festival de autonomía. Cada niño y niña participa en las rutinas: limpian sus manos y recogen sus vasos y cucharillas al terminar. Incluso llevan sus baberos al cesto de la ropa sucia y ayudan a poner en marcha la lavadora. Todo está pensado para que, poco a poco, vayan adquiriendo hábitos que les hagan ser conscientes de sus capacidades.

Respetamos los ritmos y necesidades individuales. El descanso del mediodía es importante aún para muchos niños y niñas de esta etapa. Por eso, según terminan de comer duermen una pequeña siesta antes de ir a casa o continuar con la actividad de la tarde.

A partir de las 15:00, las familias comienzan a llegar para recoger a sus hijas e hijos. Este momento es una oportunidad para compartir impresiones del día y fortalecer la conexión entre casa e ikastola. Y los niños y niñas que salen más tarde y viajan en el autobús escolar, lo hacen acompañados de un educador o educadora de referencia. Y es que, en EKINTZA Ikastola, el equipo educativo es una referencia constante para los niños. La continuidad de los adultos a lo largo de la jornada refuerza los vínculos afectivos en edades tan tempranas, y ofrece un entorno seguro donde crecer y aprender.

Además de todo lo que os contamos, a lo largo de la semana, también realizamos salidas y talleres experimentales que despiertan la curiosidad de nuestras pequeñas y pequeños. Además, a través del diario semanal de cada niño y niña, ¡las familias estáis al tanto de las aventuras y hazañas de vuestros hijos e hijas en la ikastola!

 

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